El Banco Mundial, institución fundada en 1944 y propiedad de sus 184 países miembros, está conformado por cinco organismos: el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, la Corporación Financiera Internacional, la Asociación Internacional de Fomento, el Organismo Multilateral de garantía de Inversiones y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversas; todos son un solo grupo luchando en contra de la pobreza y la desigualdad, trabajando para asegurar la educación y la salud, cuidando el medio ambiente y apoyando a sus países miembros en su desarrollo sostenible y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
Toda esta “bonita” información tomada del Folleto del Banco Mundial, se pone en duda con el texto de Naomi Klein, quien dice “la hipocresía es el principio y la directriz de nuestro orden económico”. Según él, no sólo el Banco Mundial, sino también el Fondo Monetario Internacional y el Organismo Mundial de Comercio, son organizaciones basadas en la corrupción, la cual está respaldada por políticos de todo el mundo a favor de sus programas económicos y con sus cuentas bancarias llenas.
En efecto, nos encontramos en un mundo lleno de corrupción, engaños e hipocresía que lo único que causa es pobreza, desigualdad, falta de educación, mala salud, destrucción del medio ambiente, países con la economía por el suelo, pésima calidad de vida… Acaso ¿no es esto contra lo que luchan las unidades multilaterales? Lo que es peor, ¿no es esto lo que causan? Entonces, ¿por qué siguen existiendo? Decididamente estoy en total acuerdo con la conclusión a la que llegó Naomi Klein “El barco debe irse a pique con su capitán”.
11ºB